Dar y recibir retroalimentación en el trabajo no siempre es fácil. Para muchos de nosotros tener “conversaciones serias” que puedan implicar un conflicto o que la otra persona me rechace puede ser muy incómodo, ya que probablemente esté señalando alguno de nuestros miedos, heridas, carencias, etc. -muchas de éstas inconscientes y adquiridas durante nuestra infancia.-
Dar retroalimentación puede sacarnos de nuestra zona de confort porque implica hacerle ver a otra persona cosas que se pueden interpretar como negativas, provocando que el receptor lo tome personal, se active su mecanismo de pelea-fuga de supervivencia y se cierre a escuchar lo que se le quiere decir.
Por esta razón, cuidar nuestra forma de comunicar a la hora de dar y recibir retroalimentación es de suma importancia; necesitamos ser empáticos, observar bien a la persona a la cual le estamos dando el feedback y sobre todo, acompañarnos de datos precisos para sustentar nuestra retroalimentación y así no quede únicamente en percepción. Por el otro lado, recibir retroalimentación también tiene su grado de dificultad puesto que ahí ponemos todos nuestros significados -especialmente cuando son áreas de oportunidad- lo cual puede despertar nuestras inseguridades y hacernos sentir que nuestro trabajo no está siendo suficiente o que nosotros mismos no somos suficientemente capaces.
Sin embargo, una retroalimentación adecuada puede ayudar en ambos lados; haciendo ver a la persona que lo recibe lo que está haciendo bien y el potencial que tiene para hacerlo aún mejor, y la persona que lo da puede plasmar sus expectativas al mismo tiempo que ayuda al otro y por lo tanto, al equipo y a la empresa a sacar su máximo potencial.
¿En qué ayuda la retroalimentación en el trabajo?
- Lograr una mejora continua. Es importante que los equipos de trabajo cuenten con sesiones de retroalimentación uno a uno, por lo menos una vez al mes para que cada integrante sepa si va por el camino correcto y pueda aplicar las mejoras necesarias.
- Lograr sentido de pertenencia y valor. El recibir retroalimentación puede ayudar a que los colaboradores se sientan reconocidos por su trabajo y que se hagan conscientes del valor de sus actividades para la empresa.
- Ayuda a aprender de los errores. Recibir retroalimentación ayuda a hacernos conscientes de lo que se puede mejorar y no repetir lo que no está funcionando.
- Mejora la comunicación y las relaciones. La retroalimentación puede ayudar a resolver pequeños conflictos o mal entendidos, creando conexiones más fuertes y mejorando el trabajo en equipo. Además, una buena retroalimentación puede generar sentimientos de agradecimiento y admiración hacia el otro.
¿Cómo dar una buena retroalimentación?
- No improvises. Cuando vayas a dar una retroalimentación primero planea cuál va a ser el objetivo de ésta y qué te gustaría comunicar. Recuerda que actuar de forma improvisada puede hacer que no escojas bien tus palabras y que la molestia o el enojo se apoderen, comunicando de una forma no tan asertiva.
- Empieza por lo positivo. Si vas a decirle a una persona algo en lo que puede mejorar, empieza haciéndola saber lo que valoras de su trabajo y continúa diciéndole cuáles son sus oportunidades para alcanzar su potencial.
- Actúa sin miedo. Recuerdo que estás haciéndolo por el bien de la persona. No omitas ciertos puntos por miedo a ofender o lastimar a la otra persona. Si comunicas adecuadamente y el otro se ofende, recuerda que esto habla del otro y no de ti.
¿Cómo recibir retroalimentación?
- Aprende a escuchar. Muchas veces al recibir retroalimentación nuestros patrones y miedos despiertan y queremos automáticamente defendernos. Primero que nada, escucha a la otra persona y mantente abierto a lo que el otro tiene que decir.
- Nada es absoluto. El hecho de que hayas hecho algo mal o que tengas áreas de oportunidad no te define como alguien poco capaz. Todos tenemos áreas en las que podemos mejorar y el que nos lo digan nos hace conscientes de ello y lo podemos mejorar. Recuerda que el fracaso no es necesariamente algo negativo, sino una oportunidad de aprendizaje.
- Aprovecha la oportunidad. Aprovecha el espacio para aclarar dudas, comunicar si hay algo que no tienes claro o que se te dificulta y pide ayuda. Esto también te ayudará a alcanzar tu máximo potencial y ayudará al otro a comunicar mejor sus expectativas.
Así que ya sabes. Dar y recibir retroalimentación puede ser incómodo, sin embargo, si nos comunicamos efectivamente, si escuchamos al otro y vemos que es por un bien común, podemos aprovechar esta herramienta para ayudarnos a ser más productivos y eficientes, como equipo y como individuos.
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