Cómo dar y recibir retroalimentación que realmente funcione

Dar y recibir retroalimentación en el trabajo no siempre es fácil. Para muchos de nosotros tener “conversaciones serias” que puedan implicar un conflicto o que la otra persona me rechace puede ser muy incómodo, ya que probablemente esté señalando alguno de nuestros miedos, heridas, carencias, etc. -muchas de éstas inconscientes y adquiridas durante nuestra infancia.-

Dar retroalimentación puede sacarnos de nuestra zona de confort porque implica hacerle ver a otra persona cosas que se pueden interpretar como negativas, provocando que el receptor lo tome personal, se active su mecanismo de pelea-fuga de supervivencia y se cierre a escuchar lo que se le quiere decir.

Por esta razón, cuidar nuestra forma de comunicar a la hora de dar y recibir retroalimentación es de suma importancia; necesitamos ser empáticos, observar bien a la persona a la cual le estamos dando el feedback y sobre todo, acompañarnos de datos precisos para sustentar nuestra retroalimentación y así no quede únicamente en percepción. Por el otro lado, recibir retroalimentación también tiene su grado de dificultad puesto que ahí ponemos todos nuestros significados -especialmente cuando son áreas de oportunidad-  lo cual puede despertar nuestras inseguridades y hacernos sentir que nuestro trabajo no está siendo suficiente o que nosotros mismos no somos suficientemente capaces.

Sin embargo, una retroalimentación adecuada puede ayudar en ambos lados; haciendo ver a la persona que lo recibe lo que está haciendo bien y el potencial que tiene para hacerlo aún mejor, y  la persona que lo da puede plasmar sus expectativas al mismo tiempo que ayuda al otro y por lo tanto, al equipo y a la empresa a sacar su máximo potencial.

¿En qué ayuda la retroalimentación en el trabajo?

  1. Lograr una mejora continua. Es importante que los equipos de trabajo cuenten con sesiones de retroalimentación uno a uno, por lo menos una vez al mes para que cada integrante sepa si va por el camino correcto y pueda aplicar las mejoras necesarias.
  2. Lograr sentido de pertenencia y valor. El recibir retroalimentación puede ayudar a que los colaboradores se sientan reconocidos por su trabajo y que se hagan conscientes del valor de sus actividades para la empresa.
  3. Ayuda a aprender de los errores. Recibir retroalimentación ayuda a hacernos conscientes de lo que se puede mejorar y no repetir lo que no está funcionando.
  4. Mejora la comunicación y las relaciones. La retroalimentación puede ayudar a resolver pequeños conflictos o mal entendidos, creando conexiones más fuertes y mejorando el trabajo en equipo. Además, una buena retroalimentación puede generar sentimientos de agradecimiento y admiración hacia el otro.

¿Cómo dar una buena retroalimentación?

  1. No improvises. Cuando vayas a dar una retroalimentación primero planea cuál va a ser el objetivo de ésta y qué te gustaría comunicar. Recuerda que actuar de forma improvisada puede hacer que no escojas bien tus palabras y que la molestia o el enojo se apoderen, comunicando de una forma no tan asertiva.
  2. Empieza por lo positivo. Si vas a decirle a una persona algo en lo que puede mejorar, empieza haciéndola saber lo que valoras de su trabajo y continúa diciéndole cuáles son sus oportunidades para alcanzar su potencial.
  3. Actúa sin miedo. Recuerdo que estás haciéndolo por el bien de la persona. No omitas ciertos puntos por miedo a ofender o lastimar a la otra persona. Si comunicas adecuadamente y el otro se ofende, recuerda que esto habla del otro y no de ti.

¿Cómo recibir retroalimentación?

  1. Aprende a escuchar. Muchas veces al recibir retroalimentación nuestros patrones y miedos despiertan y queremos automáticamente defendernos. Primero que nada, escucha a la otra persona y mantente abierto a lo que el otro tiene que decir.
  2. Nada es absoluto. El hecho de que hayas hecho algo mal o que tengas áreas de oportunidad no te define como alguien poco capaz. Todos tenemos áreas en las que podemos mejorar y el que nos lo digan nos hace conscientes de ello y lo podemos mejorar. Recuerda que el fracaso no es necesariamente algo negativo, sino una oportunidad de aprendizaje.
  3. Aprovecha la oportunidad. Aprovecha el espacio para aclarar dudas, comunicar si hay algo que no tienes claro o que se te dificulta y pide ayuda. Esto también te ayudará a alcanzar tu máximo potencial y ayudará al otro a comunicar mejor sus expectativas.

Así que ya sabes. Dar y recibir retroalimentación puede ser incómodo, sin embargo, si nos comunicamos efectivamente, si escuchamos al otro y vemos que es por un bien común, podemos aprovechar esta herramienta para ayudarnos a ser más productivos y eficientes, como equipo y como individuos.

Si necesitas ayuda para mejorar tus habilidades de comunicación, no dudes en contactarnos. ¡Tenemos el curso para ti!

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