La economía conductual o behavioral economics es una rama de la ciencia que fusiona la psicología y la economía para que entendamos mejor el funcionamiento de la mente. De esta forma, podemos aprovechar este conocimiento para evitar sesgos cognitivos que nos llevan a tomar malas decisiones.
Los seres humanos tomamos decisiones basadas en lo que nuestras emociones y nuestra comodidad nos dictan. Así funciona nuestro cerebro; la realidad es que no somos tan racionales como creemos. Cuando tenemos que tomar una decisión, nuestro cerebro no toma toda la información involucrada ni contempla todos los ángulos porque tomaría demasiado esfuerzo. En lugar de ello, se limita en tomar la decisión que nos va a hacer sentir mejor a corto plazo, basadandose únicamente en un solo aspecto de la situación.
¿Qué son los sesgos cognitivos?
Los sesgos cognitivos son “trucos” o “atajos” que toma la mente para mantenernos en lo cómodo, convirtiéndonos en seres más optimistas que realistas y perjudicando nuestros resultados. Estos sesgos son la razón por la que muchas veces tenemos la intención de conseguir algo pero no cambiamos nada para lograrlo. Tenemos la información de por qué es necesario hacerlo -racionalmente lo sabemos- pero aún así seguimos haciendo exactamente lo mismo.

Ejemplos de sesgos cognitivos
1. El de la primera impresión. Nos lleva a contratar a una persona solo porque está bien vestido, en lugar de realmente indagar en las capacidades de esta persona, versus el otro candidato que lleva puesto unos tenis.
2. El sesgo de sobre confianza. Nos creemos capaces de hacer algo cuando en realidad no lo somos. Por ejemplo, creer que voy a poder correr 5 km sin preparación o experiencia previa.
3. El sesgo de la procrastinación. ¡Todos lo hacemos! Si hay algo que nos incomoda hacer, es probable que lo dejemos para otro momento y lo vayamos aplazando hasta que ya sea urgente o se nos olvide por completo. Esto pasa porque aprendemos en torno a nuestras emociones y sensaciones y buscamos gratificación inmediata. Hago lo que me da placer y evito la incomodidad.
¿En dónde podemos encontrar actualmente el uso de la Economía conductual?
Las redes sociales son un ejemplo de la importancia de conocer el funcionamiento de nuestro cerebro para lograr objetivos. Estas han tomando aspectos de la economía conductual para saber cómo funcionamos y mantenernos enganchados. Expertos han hecho un análisis profundo de lo que nos hace sentir bien, de lo que creemos que necesitamos y de lo que nos llama la atención para así tenernos a todos en un espacio que se ha vuelto parte fundamental de nuestras vidas. La validación, el reconocimiento, la recompensa, el evitar la realidad, son algunas de las conductas que nos enganchan y nos llevan a seguir consumiendo estas redes y lo que nos venden en ellas.
Debido a que nuestro cerebro busca placer y comodidad, la mayor parte del tiempo actúa de acuerdo con el interés individual, dejando de lado el bien común. Dentro de las empresas, un individuo a pesar de ser consciente del objetivo en común de sus labores diarias, va a actuar de acuerdo a su propia conveniencia y comodidad, a pesar de que le importe el objetivo en común; esto debido a que el cerebro prioriza nuestra comodidad antes que el bienestar colectivo. Por esta razón, empresas buscan incentivos para que los empleados perciban el objetivo común como algo que también les dará una recompensa individual.
Otro ejemplo de esto, se puede ver con iniciativas para mejorar el medio ambiente. A nivel individual, hacer actos como separar la basura, ahorrar luz o reciclar pueden parecer insignificantes y no nos dan una recomensa indmediata. Empresas como H&M presentan iniciativas como llevar prendas para reciclar a cambio de obtener una prenda nueva, lo cual hace que la gente se sienta mucho más motivada para actuar.
¿En qué puede ayudar la Economía conductual a mi empresa?
La economía conductual nos puede ayudar en diferentes cosas. Por ejemplo, a cambiar nuestros hábitos, ser más innovadores, más productivos e incluso vender más. Estos son algunos puntos en los que se puede utilizar esta ciencia para lograr cambios positivos.
- Encontrar la forma de alinear objetivos individuales con los de la sociedad
- Mejorar toma de decisiones
- Un mejor entendimiento de la necesidad de tu cliente
- Una mayor confianza para abordar un plan
- Crear normas sociales para que la gente actúe de acuerdo con incentivos
- Poder convertir situaciones incómodas o o no prioritarias para el cerebro en una especie de juego para que la gente decida actuar.
Los seres humanos somos seres complejos y somos los encargados de regir este mundo. Si no entendemos cómo funcionamos, es muy difícil que logremos obtener los resultados deseados. Comprender cómo funciona nuestro cerebro, qué nos lleva a actuar y aprovechar esta información de manera responsable para mejorar nuestros resultados, puede ser la solución para muchos problemas actuales y para mejorar el rendimiento en nuestras empresas.