Hablar sobre fracaso es algo que nos asusta y evitamos; más aún cuando se trata de hablar sobre nuestros propios fracasos. Vivimos en una sociedad en donde nos enseñaron que equivocarse es algo negativo y hay que evitarlo a toda costa. Aprendimos que fracasar es igual a perder, a no ser suficiente, a no ser capaz. En muchas empresas la gente aún vive con este miedo constante a equivocarse porque si lo hacen, pueden ser evidenciados, humillados y/o castigados o incluso perder su trabajo. Hablar sobre fracaso en el trabajo, es tomado como admitir que no estamos siendo lo suficientemente buenos en nuestro puesto.
La realidad es que fracasar es una cualidad humana. Nadie sobre el planeta tierra es perfecto o nació sabiendo todo. Cuando nos equivocamos, simplemente es una oportunidad para aprender y hacer las cosas de diferente manera la próxima vez.
¿Por qué nos daña percibir el fracaso como algo negativo?
- Nos hace ser duros con nosotros mismos. Al pensar que tenemos que ser perfectos, nos castigamos cuando algo no nos sale como debería.
- Si algo no nos sale bien o perfecto a la primera, nos rendimos. Tenemos la creencia de que si no nos sale bien a la primera, no somos buenos para eso por lo que preferimos dejarlo.
- Dejamos de hacer cosas que disfrutamos. Hay cosas que tal vez disfrutamos incluso cuando no somos los mejores en ello, pero preferimos no hacerlo por miedo a ser juzgados.
- No nos damos la oportunidad de aprender cosas nuevas. Por miedo a intentar y fracasar, preferimos mejor ni intentar.
- Nos quedamos en nuestra zona de confort. Todas las anteriores, es nuestro cerebro reptiliano que está reaccionando ante una “amenaza” diciendo que mejor no salgamos de lo cómodo y seguro ya que es probable que fracasemos.
Cuando empezamos a ser vulnerables y a hablar sobre nuestros errores y sobre nuestras debilidades, nos convertimos en personas honestas con nosotros mismos y con los demás. Estamos dando nuestro ejemplo a otros para que se sientan cómodos haciendo lo mismo y podemos conectar mejor y aprender juntos de nuestros errores. Además, el que nos sintamos libres de equivocarnos y de hablar al respecto, hará que nos sintamos más seguros y por lo tanto seamos más creativos y productivos.
¿Cómo empezar a hablar de fracaso en el trabajo?
- ¡Celebremos el fracaso!
Durante las juntas de equipo, cada uno comparta algo en lo que haya fracasado recientemente y qué aprendió al respecto.
- Como líder, habla y admite tus fracasos ante tu equipo
Esto ayudará a que te vean como alguien humano y que bajen sus barreras, además generarás confianza. Además, te ayudará a ti a quitarte peso de encima. Un líder, tampoco es perfecto.
- Cambia el castigo por la responsabilidad
Si alguien fracasa en lograr algo, ¡hazlo responsable! No tenemos por qué ser castigados por equivocarnos; hazle ver su error y pregúntale qué pueden hacer para solucionarlo.
- Normalicemos aprender por prueba y error
Nadie nace sabiendo. Incluso los científicos más avanzados tienen que hacer varias pruebas antes de lograr su objetivo. Sé paciente contigo y con los demás.
- Enfócate en el crecimiento.
Cada vez que te equivocas, lo haces consciente y aprendes, estás creciendo. Sin nuestros errores no aprenderíamos nada.
- Crea ejercicios de creatividad e innovación en donde las ideas sean lo importante y no tanto el resultado.
Esto ayudará a que el equipo se relaje.
Así que ya sabes, como dijo Jason Van Camp, “El miedo mata más sueños de los que mata el fracaso”. No tengas miedo a equivocarte ni a hablar sobre tus fracasos, solo así podemos aprender, crecer y lograr el éxito.