Cada inicio de año al fijarnos metas nuevas, empezamos determinados a cumplirlas. Sin embargo, muy pocas veces lo logramos.
Según un estudio de la Universidad de Scranton, en Pennsylvania y el instituto de investigaciones Statistic Brain, solamente 8% de las personas que fijan metas o propósitos a principio de año, logra cumplirlos; 25% de las personas no los cumplen ni siquiera la primera semana de enero; 55% los abandona antes de terminar el primer mes del año y el 20% después de seis meses.
Esto pasa no solo a nivel personal, sino a nivel empresarial, no solo enero, también a lo largo de todo el año. La realidad es que no solo basta con querer lograr algo o fijarnos metas; es importante considerar que para que una meta realmente se cumpla hay una serie de pasos que hay que seguir y tenemos que estar dispuestos a fracasar, a hacer las cosas diferentes y a cablear nuestro cerebro de tal forma que creemos hábitos que nos ayuden a ser constantes y a no dejarnos derribar por nuestros pensamientos limitantes.
La neurociencia juega un gran papel a la hora de hablar de metas. En cada uno de nuestros cerebros pasan cosas todo el tiempo que no nos ayudan a cumplir o no con lo que se requiere, y entender qué es esto que pasa y cómo funciona nuestro cerebro, ayudará a que no cumplir con nuestros objetivos deje de ser una opción.
6 puntos fundamentales para tomar en cuenta a la hora de fijarnos metas y así llegar a cumplirlas:
1. Escoge sabiamente
Para fijar una meta, es necesario tomar en cuenta varios factores. No basta con querer lograr algo y tomar la decisión. Antes de empezar, es importante hacerse una serie de preguntas: ¿Esto que quiero es alcanzable y realista? ¿Qué necesito sacrificar para lograrlo? ¿Estoy dispuesto a hacer estos sacrificios? ¿Estoy dispuesto a trabajar día con día para alcanzarla? ¿Estoy dispuesto a fracasar?
2. Conocer mis patrones y pensamientos limitantes para no dejar que me saboteen
Ahora es momento de poner en práctica el conocimiento de nuestros patrones para así poder reconocer cuando nuestros pensamientos nos están intentando mantener en nuestra zona de confort. Es casi seguro que en el camino llegarán a tu mente pensamientos como: “¿En qué estaba pensando cuando me puse esta meta?”, “Es imposible lograrlo”, “No soy capaz”, “Mejor regreso a lo que estaba haciendo” o “Soy un fracaso”. ¡No los escuches! Este es tu cerebro queriendo protegerte de lo incómodo y desconocido.
3. Trabajar día con día
Para lograr una meta se requiere de consistencia. Aquí es cuando las preguntas iniciales entran en juego. ¿Realmente quieres alcanzar esta meta? Entonces trabajemos en crear hábitos. Fija metas pequeñas y diarias para ir subiendo un escalón a la vez. Visualizar la escalera completa puede resultar abrumador, pero ir logrando metas pequeñas te ayudará a acercarte cada día un poquito más al objetivo final.
4. Modificar el camino que estoy tomando para llegar a mi meta
No existe una dirección única para llegar a nuestra meta final. A lo largo del camino es normal que vayamos modificando el plan, fracasando y volviendo a empezar. Es importante estar conscientes de que esto es lo que toma y no dejar que los obstáculos nos hagan rendirnos.
5. Modificar metas
También es válido hacer una pausa cada cierto tiempo y evaluar nuestro objetivo final. Ojo, no hay que cambiarlo por completo, pero tal vez modificar algunas cosas si nos damos cuenta de que nuestra meta era demasiado grande o que nos va a tomar más tiempo del que pensábamos.
6. Saber que toma tiempo y paciencia
Ante todo, hay que saber que lograr una meta no es cualquier cosa y no es de la noche a la mañana. Construir esta escalera tomará tiempo y mucho esfuerzo. Recuerda que siempre puedes pedir ayuda y buscar nuevos recursos y herramientas que te ayuden a fortalecer la estructura. Pero pase lo que pase, ¡No te rindas!
El tema de las metas parece tarea fácil, sin embargo, no lo es. Día con día vemos con nuestros clientes como nuestros propios limites nos impiden llegar a donde queremos. No olvides que medir tus avances te ayudará a darte cuenta de qué es lo que está funcionando, qué no y realizar los cambios pertinentes. ¿Estás listo para seguir construyendo?