Todos los martes por la mañana reviso OKRs con un director ejecutivo de una gran franquicia comercial. Hemos estado haciendo esto durante dos meses y hemos observado lo mismo: existen dos OKRs a los cuales su equipo nunca llega. Siempre se quedan atrás.
Al comienzo de nuestras reuniones mencionó que no estaba alcanzando estos dos objetivos porque su equipo no estaba llegando a sus entregables a tiempo. Cada semana había otra excusa de por qué no se habían cumplido estas metas.
Después de la tercera semana, le pregunté: "Entiendo que tu equipo no te está dando la información que necesitas para avanzar en estos 2 OKRs, pero ¿qué haz hecho tú DIFERENTE para asegurarte de que lo hagan?"
Permaneció en absoluto silencio.
“¿Qué he hecho diferente? ¿No necesitan ELLOS cambiar su comportamiento y darme lo que YO necesito?"
Cambiar el comportamiento de otras personas es una falacia y, sin embargo, insistimos en ello.
¿Qué podemos cambiar? ¡Nuestro comportamiento! Y este es nuestro súper poder.
Si siempre obtienes los mismos resultados de tu equipo, cambia tu comportamiento para que los resultados sean diferentes. No es gran ciencia, pero, ¿cuántos de nosotros realmente hacemos esto?
El CEO me miró y dijo; "Bueno, ¿cómo sabría qué comportamiento cambiar?" y yo respondí: “Tus peores resultados, a los que no llegas, son tus mejores maestros. Comienza a documentar cómo los administras y empieza a hacer algo diferente para obtener resultados distintos.
En realidad, es bastante simple. Tu cerebro está programado para repetir todo lo que haces todo el tiempo. Repetimos comportamientos, hábitos y pensamientos. Si esos comportamientos te están dando excelentes resultados, ¡no los cambies! Si esos comportamientos te están dando malos resultados, cambia una cosa y evalúa el impacto de este nuevo comportamiento.
Revolucionario, ¿no? Cambia tu premisa. Cambia tu comportamiento y no el de los demás para inducir un cambio en los resultados.
¡Comienza a hacer esto hoy!